-
Estudiantes en los espejos.
Fuimos testigos privilegiados de un proceso de reacomodamiento de la historia pautada. Hace diez años la trascendencia de un hecho futbolístico de resonancia interminable, nos ha convertido al mismo tiempo en partícipes necesarios de la consumación de una ilusión que compartimos entre generaciones.
Nuevamente Estudiantes de La Plata resquebrajó el statu quo imperante. A decir verdad, poco más de cinco meses fueron necesarios en el camino de la resistencia ante la realidad ficticia que establece el poder. Una vez más.
La cuarta Copa Libertadores contribuyó a la revalorización de nuestra esencia y de todo aquello que nuestros fundadores han soñado alguna vez para nuestra institución. Fuimos campeones, claro, pero en el transcurrir de esas coyunturas épicas que construímos y revalorizamos desde 1905, existen instancias que nos moldean y que se anteponen en la adversidad.
A partir de un resultado deportivo, esa adversidad que siempre nos fortaleció dió lugar a respuestas que son nuestra insignia y que tienen que ver directamente con lo que somos como club y lo que vemos de nosotros en los espejos. Esos espejos imaginarios que aparecen y representan lo que construimos a lo largo del tiempo a partir de nuestros protagonistas.
Porque a esta generación que se abrazó en el Mineirao en el año 2009, se le devuelve una imagen que tiene que ver con una historia inclaudicable laureada de todos aquellos que cimentaron las bases de este club revolucionario.
Por ellos, somos responsables de nuestra memoria colectiva y al mismo tiempo herederos del esfuerzo de hombres y mujeres que dieron su vida por Estudiantes. Y allí se enarbola nuestra pertenencia, nuestra identidad.
Cada uno de nosotros, los que formamos parte de esta institución tenemos el legado construido con el esfuerzo de nuestros próceres: la humildad, el sacrificio, el trabajo, la honestidad, la educación y la solidaridad. Tenemos en nuestro haber y como escuela los atributos característicos de las personas imprescindibles. Y desde allí construimos. Desde allí somos un modelo a seguir.
En la complejidad del día a día, en la tristeza de la realidad, de la angustia del contexto y más allá de la incertidumbre que nos desconcierta, tenemos a Estudiantes. Es nuestro refugio. El resguardo de nuestros hijos. La imagen en nuestro propio espejo.