“El Vasco” Azconzábal y el amor de familia que siempre queda
Por Gabriel López
Ruben Azconzabal en un estudio de radio
La ciudad de Junín despidió los restos de Ruben Camilo Azconzabal, tío paterno del histórico defensor pincha y ex técnico, Juan Manuel Azconzabal. Como suele pasar ante la noticia que suele arrasar como un viento de adversidad, hay cosas que jamás podrán arrancarse y ésa es la memoria. “Mi padre y mi tío Ruben eran hinchas de Estudiantes y jugaron juntos en la reserva”, dijo “El Vasco” transformando el duelo y con el cariño por el familiar que partió el miércoles a los 85 años y que ha sido destacado periodista de radio y diario. Era hermano gemelo de Raúl Azconzabal, el padre del “Vasco”, fallecido hace tres años.
Llegaron a Estudiantes de La Plata los dos juntos, procedentes de Sarmiento, y compartieron partidos en Tercera y Reserva. Entre 1957 y 1958 los Azconzabal conformaron varios tándems de ataque albirrojo: Ruben era 9, y Raúl, 8. Se volvieron a la ciudad sin poder firmar contrato profesional, pero el gusto de ser jugador de Primera en Sarmiento fue un gusto para Ruben, que totalizó 11 partidos en la divisional B de AFA.

Raúl Azconzábal y su hijo Juan Manuel, pequeño. Gritan el ascenso al Nacional A con Mariano Moreno de Junín.
Ruben (nacido el 14 de setiembre de 1938) había nacido en Morse, el mismo pueblo de donde es el escritor Dolina. Tras la frontera del futbolista avizoraba el periodismo, que desde chico tuvo en cuenta. Y llegará a ejercerlo por cincuenta años, siendo una de las personas más respetadas en los medios de su ciudad y querido por los colegas. Presidió el Círculo Periodistas Deportivos de Junín y jefe de Deportes del diario La Verdad. Fundó un programa deportivo en LT20 que quedó en la historia como la primera radio que siguió a Sarmiento a partir de 1970. “Nadie pudo ver mejor el fútbol que él”, escribió Nicolás Morente, autor de la biografía zubeldiana (A la gloria no se llega por un camino de rosas, 2011) y que en sus inicios atesoró los consejos de Ruben.

Seleccionado de la Liga del Oeste. El quinto es Ruben y el séptimo Raúl, papá del "Vasco".
Su sobrino “El Vasco” lo despidió con esa sensibilidad típica de los hombres que se criaron en un pueblo. “Tanto él como mi papá estuvieron felices de la vida cuando terminé entrando al Club. Coincidió que el hombre que me llevó a la prueba había estado en la época que jugaron ellos en Estudiantes, Juan Urruchua. Se volvieron sin que les pudieran firmar el contrato. Por ese valor Estudiantes le renovaba contrato a cinco jugadores y era una época sin representantes, y ni mi viejo ni mi tío tenían al papá presente”. Pero hubo revanchas y grandes, porque Juan Manuel debutó profesionalmente el 28 de enero de 1995, en una goleada ante Arsenal 5-1 en el estadio de Independiente, por el Nacional B.
Con picardía futbolera, y con la sangre orgullosa por los familiares que partieron al más allá, Juan compartió una anécdota de una tarde en el viejo estadio Gasómetro, cuando su papá y el tío protagonizaron una viveza futbolera. En esa época no se podían realizar cambios de jugadores. Pero en el entretiempo hubo un inesperado “trueque”. Entró un gemelo Azconzabal en lugar del otro. Y el marcador que había trabajado duro en el primer tiempo no podía creer lo que “seguía corriendo” el delantero. “El adversario se dio cuenta de la situación al descubrir que en la platea había otra persona igual”, soltó el “Vasco”, que recordó una fotografía en blanco y negro donde ambos posan con el seleccionado de la Liga del Oeste, “que tiene los mismos colores que el Pincha”.

1 de junio de 1997. Latigazo de zurda de Azconzabal y clásico ganado a tres minutos del final.
Fue en mayo del 2021 que partió Raúl y quiso el destino que en el mismo mes se despidiera para siempre Ruben. Y fue en mayo de 1995, un viernes 13, que Juan les había regalado la emoción fuerte de un ascenso. Aquella noche Russo y Manera decidieron incluir al pibe que vivía en el “Demo” (en el estadio “Jorge Luis Hirschi”) como titular en el partido ante Gimnasia y Tiro de Salta (en lugar del misionero Rojas). Al otro día, por el empate entre Atlético Tucumán y Rafaela 0-0, el Pincha le sacó 11 puntos al segundo cuando restaban 5 partidos por jugar y pudo gritar campeón. También les dio un alegrón en un clásico del 97, cuando Palermo le bajó de cabeza una pelota para que la zurda de Azconzabal le meta el balón a Noce en el arco de 57 y se decrete el festejo loco ante Gimnasia después de 12 años con racha adversa en casa.
Los gemelos fantásticos se despidieron del teatro de la vida, dejando lo más trascendental que un hombre puede adquirir, sabiduría. Tanto fue así que los unió una amistad con Osvaldo Zubeldía, coterráneo. Y siguiendo los pasos del gran maestro, Raúl también fue campeón como técnico, llevando a Mariano Moreno de Junín a jugar un Nacional A. Sus almas se han ido a algún lugar del universo. Aquí en la tierra, Estudiantes le rinde honor, como en aquella tierra de donde viene sangre buena.
Gabriel Alejandro López