Acá está la gloriosa hinchada de Estudiantes…
Por Gabriel López
El cántico de la tribuna suena como una orquesta. No desentona por la lluvia, al contrario, cuanto mas fuerte cae el aguacero más han de levantarse esos cuerpos y almas inoxidables, que parecen inmunes al efecto del tiempo y de los mil y partidos vistos en una vida. Porque si Andujar recibió un cuadro por 300 partidos, a usted que me está escuchando me juego que le sobra para pasar los mil partidos alentando al Estudión, viajando, pidiendo como el sí del idealista perdidamente enamorado.
El León fue con muchas ganas de rugir en la oscuridad del Bosque, y en un estadio donde las luces son de Madrid, París, primer mundo. Encontré a un grupo de Gorina y City Bell que llevaron a Nico, que volvió a la ciudad después de muchos años en Alemania.
Pero con ganas se está cerca y no hay garantía de que alcance con esa garra típica de la Pinchedad, diría Walter Vargas. En el descuento se intentó la hazaña de un 2 a 2 que hubiera sido llanto y lluvia. Así es el fútbol, intentás una y otra vez, aunque andes mal.
Estudiantes anda a tono con el cambio climático con este adiós a un técnico como Milito, pero un señor de experiencia, en la platea de 115, por más años que tenga, ya me dice que antes se jugaba mejor. Pare, troesma. Demasiado duro, y aparte Racing está aceitado.
El repertorio de canciones cambia cada diez minutos. Los Auténticos Decadentes y la letra del León te están buscando. Sigue lloviendo y atrona el “si ganás o perdés no me importa igual te vengo a ver…”
La gloriosa hinchada tiene todo. Impacientes, y también imprudente: “Mi hermana juega mejor, sácalo a este”, salta un ronco. Un nene de la 2011, Juan Ignacio, dice en el entretiempo con un chori y una coca que está bien así, que le está gustando. En el gran varieté de faunas de leones de la tribuna hay tantas opiniones como gente. Un clase 72 que dice “mejor no te cuento donde jugué”, sentencia que se corrió atrás de Racing. Otro que fue campeón en la Liga Platense con El Cruce y ADIP, Lucho Pirani, clava la mirada a sus padres afirmando “viste cómo tocan desde atrás ellos, ¿no?”.
Es una convergencia de varias cosas, troesma, casa nueva, cambio de estilo, época de recambio generacional. Si hasta ayer nomás Chavo y Chapu (hoy técnicos) estaban del lado de adentro.
Saber reconocer es parte del crecimiento en todos los ordenes. La Acadé ganó bien, por más que el técnico coqueto de Becaccece revoleara el saco (la gran Nelson Vivas agarránosela con la camisa blanca) y reventando la botellita contra el banco pidiendo la hora.
La cancha es ese lugar donde se hace terapia colectiva y muy difícilmente vaya alguien a pensar (ya escribió Enrique Fernández Moore en el diario La Nación). Las noches de lunes y con mal pronóstico este año son un fantasma.
Rachas son rachas, diría Hugo Balassone, un profesional del periodismo en La Red 910. Tranquilidad. Hay 11 fechas que en fútbol siempre dan revancha. Pero cuando venís mal “te agarra la diarrea” me dijo una vez Alberto Banegas, pincha que ponía su casa quinta para el plantel en el Nacional B.
Y después de Julio puede que haya más poesía con El Principito (viene, no viene, viene…), García (que tal vez crezca y en vez del Demonio sea un García Marquez), y hasta un Benedetti que es pollo del Chavo brille como Mario Benedetti en “Hagamos un trato”).
Voy cerrando: hagamos como los pibes, que rápidamente tienen la capacidad de olvidar y sonreír por puro optimismo. Aparte hay dos grandes laburando. El fana con 60 veranos de cancha tiene que saber que se vive el invierno del fútbol por falta de potreros. Que valore el arraigo de la Escuela, de la tradición albirroja, pero que tiros libres de Madero no puede esperar más.
Hablando de la Escuela, el 9 de marzo de 1999 se inauguraba el Ciclo Inicial en el Country, al que le siguió en 2001 la Primaria y en 2008 el Secundario de donde egresó el amigo Gonzalo Saino. Eso ese crecimiento y cultura pincharrata, y ni hablar desde que en 2015 el futbolista amateur puede estudiar en el propio lugar de entrenamientos.
Esto es crecer. No lo pierda de vista, glorioso hincha de Estudiantes.