¡Cauteruccio, gritas fuerte y qué bien te escucho!


Por Gabriel López

El nueve “se alimenta de goles” fueron las palabras del técnico de pelo ensortijado, refiriéndose a Martín Cauteruccio, a quien el debut no le fue bien en la convivencia contra los defensores Cuervos que lo hacían picoteado en todas. Pero de aquella noche saltó a otra, esta vez, en la Leonera donde las dos jaulas se le abrieron: primer tanto en 57 (de pescador) y el 2 a 0 (de testa) sobre El Paseo de Los Profesores.
Un doblete contra Unión de Santa Fe, de vestimenta azul, atuendo similar a las pecheras del personal de UTEDYC… En un descuido, Cauteruccio la colgó en la red.
Las verdad que el gusto de estar en el “Hirschi” cambia el ánimo, una inversión del hincha que se asemeja a la que hace la institución: gigantezca, en un país donde se piensa y actúa a la altura de enanos.
Y eso que todavía no debutó el pibe de barrio, el Negro Rojo, que con sus sonrisas de dentadura marca Colgate, subió a upa a una de sus hijas y vio el primer gol desde que llegó de Inglaterra, que gritó y después encontró “cachetadita ganadora” de Ale Sabella, que lo secundaba junto a otro zorro viejo, don Miguel Ignomiriello, con camisa rosa a sus 92 años.
Hablando de colores, che… ¡este arquero de apellido Moyano!, ¿se viste de verde a propósito o será pariente o afiliado a los camioneros? El chiste de tribuna relaja, cuando de pronto ¡zas!, gol del Tatengue, que se ponía a tiro.
Desde mi posición, con el nuevo palco que se estrenó en lo más alto de 115, con una media luna y el lago de fondo, se frena un señor de unos 76 años. Supervisa todo el andamiaje que en solo 5 días –la semana previa a este partido- concluyeron para que esté la tecnología al alcance de los periodistas. Creo que se ve mejor que en River, aunque a decir de aquel caballero que en UNO vio jugar a los campeones del mundo, “actualmente, no hay mejor vista que en el Ciudad de La Plata”.
El hincha salta para llevar a sus guerreros a liquidarlo, y los televisores que están colgados sobre la cabeza de los hombres de prensa, son una amenaza de caer como el empate rival. Le vi la cara a Walter Grasso y a Ramiro Martínez (amigos del programa Por los Pibes y del Canal local), pero la fe y una mente positiva enciende a estos Militos Boys, que metió a Erretegui, que iba hacia el arco donde está la bandera “El Chapa Está” (su papá no, es un trapo histórico de un ex jugador de For Ever hace varios años).
“¡Penaaaallll! La fue a acomodar como cuando jugaba al hockey y le dio un palazo abajo, sobre la derecha. El legado en este club es asegurarlo, fuerte y arriba mejor, pero el nacido en River y luego jugador de Boca, decidió por levantarla un poquito. La ensordecedora hinchada albirroja explotó y Scottini (el hombre de la electricidad) supo que no hay impacto más poderoso que la de un gol que asegure triunfo. La misma energía que tuvo el Tití para correr todo el partido (¡corrió más que aquel prócer Titi Herrera).
Veo el techo de las nuevas ubicaciones para los periodistas y los aparatos de TV (plasma) por ahora están sin funcionar. Pensé en el dibujito que de chico miraba con mi papá, que más de una vez me gritaba “Gabucho (por Larguirucho), gritá más fuerte que no te escucho”. Cateruccio, gritaste fuerte y ahora sí te escucho.