La Brujita Gimenez, el ídolo social que parió la Filial Chascomús.

Por Gabriel López

“La energía para crear, los pensamientos para creer, y los sentimientos para atraer”. ¿Qué filósofo lo dijo? ¿En qué libro está la frase? ¿Qué curso de autoayuda lo tiene como eslogan? ¿Será del neurocientífico Facundo Manes? No, nada de eso. “La Brujita” de Chascomús, quien a sus 34 años y apenas tres como responsable uno de la Filial “Israel Damonte” del Club Estudiantes, es el hombre que recorre las calles, atiende la peluquería más informal y comparte la fe en la familia y en el fútbol.

-¿Dónde está la Bruja? (entraron a un salón chascomunense Gabriel Pregal y Sebastián Turner encabezando la comitiva de Acá Hay Una Escuela, el espacio de cultura pincharrata que llega a cada vez más hinchas diseminados por el mundo). Cuando lo vieron llegar, no lo podían creer… Es que en Chascomús estaba la fama desde el 2018 cuando fue nombrada “la mejor filial pincha del país”… Y La Bruja era un pibe, casi. Curiosidad que obliga a referenciar: cuando La Brujita se calzó la 11 apenas arribó de Manchester United, tenía treinta y un años, los mismos que esta Brujita cuando abrió este lugar para hinchas.




Oscar Gimenez es el autor de la frase del inicio de la nota, que complementa con un toque más: “llevarlo a la práctica debe ser constantemente, es el mejor legado que se puede dejar para los hijos”. Padre de dos varones, no tuvo chance de cursar en ninguna Facultad más que la que le dio la vida en sociedad, los infinitos cortes que lleva hechos en “Idolos” (con posters de cracks de todos los tiempos y de distintas instituciones), los once años de mozo en Atalaya, el voceo de canillita, y todos los momentos que vivió siguiendo al Pincharrata. “Recuerdo que en Chascomús había una Filial que se llamaba Daniel Romeo, empecé a viajar con ellos, iba guardando las monedas y los billetes en un tarrito de Redoxón, y llegaba a ir a todos lados, aunque mi mamá solo me tenía prohibido las fechas con clásicos, tal vez se pensaba que esos partidos eran guerras”.

Las cosas del destino…

Nada en esta vida es casualidad. Ni que el presidente de esta Filial se llame Oscar, como el capitán de Old Trafford 68. Ni que haya nacido el 28 de mayo de 1986, tres días antes del partido inaugural de la Copa del Mundo de México, con el Narigón convencido de la gloria. Y que el amigo Gimenez haya nacido en Chascomús, la ciudad del expresidente Raúl Alfonsín, quien antes de ser elegido el primer presidente en la última vuelta de la democracia, cerró su campaña en 57 y 1. Ni que hablar de su amada Fernanda, no es una curiosidad que sea platense, cuando los ojos de Oscar apuntaban con corazones rojos y blancos a la capital de Buenos Aires. Ah, primero nació León (4) y después Gaspar (2). ¿Será que este presidente de la Filial Chascomús tenía tan buen karma acumulado que al nacer el segundo hijo tuvo la visita de Marcos Conigliaro? “Ahora entiendo por qué se llega a ser campeón del mundo, por qué Estudiantes tiene a sus ex jugadores tan unidos. Lo de Conigliaro me marcará para toda la vida”, contó aguantándose el llanto. ¿Y dónde había nacido el niño? En el Español, de la sangre del abuelo que fue un gallego y al inmigrar se convirtió en fanático de Estudiantes. ¿Alguna otra anécdota con puntos coincidentes? Los juveniles de Miguel Ignomiriello concentraban en Chascomús. Era una revolución para el fútbol. “Por eso, cuando el Bocha Flores y el coordinador de filiales, Luis Alvarez Gelvez, vinieron para acá en diciembre, pidieron visitar ese lugar de recuerdos futboleros (el Hotel Riviera, punto central de las pretemporadas).





Las cosas del querer

Este grupo filial alcanzó metas importantes desde su constitución a fines de 2016. Planificación y mancomunión de esos pocos pero con valentía de leones. O con la garra de Israel Damonte en su época de cortos. “Elegimos su nombre porque era un hincha adentro en la cancha”. Lo contactaron a través del periodista Eugenio Cerdá. Cuando los conoció, el hoy DT empezó a visitarlos y a ponerse a disposición.
Las obras demostraron que esta Filial había nacido para algo que superaría ampliamente el hecho de estar siempre que juegue el Pincha. Los partidos más grossos fueron se detallarán acá… Escuelita de Fútbol “Luis Rivero”. Había muy poquitos balones; hoy los pibes pueden jugar con pelotas de distinto tamaño y muchas a la vez. Pasa que cuando la voluntad de crecer es grande, las situaciones conspiran a favor. “Una vez pasó por Chascomús el atleta paralímpico que atravesaba varias provincias. Al llegar a La Plata quiso estar en Estudiantes y Verón le entregó una camiseta firmada que después, al pasar por Chascomús, decidió regalármela a mí… ‘Sé que esta filial va a hacer algo con esto nos dijo antes de seguir su recorrido’. Hicimos una gran rifa y todo fue para la Escuela de Fútbol”.
Hospital Municipal San Vicente de Paul. Pedía a gritos un mamógrafo. “Toda mujer de esta ciudad se tenía que trasladar para hacerse una punción y verificar si padece un cáncer de mama. Juntamos fondos en peñas con comidas y logramos una ayuda importante”, expresó Oscar. Un carro térmico, en el mismo nosocomio, se hacía inalcanzable con el costo de 140 mil pesos. Pero esa palabra les dio aliento a meter más trabajo sin pensar en consecuencias como el desgaste que lógicamente en algún momento pasa factura. La Filial Damonte llegó con venta de locros, empanadas, rifas. Y el Municipio, por efecto contagio, compró el otro carro que hacía falta. Jardín de Infantes Nro. 905 “Emma Uloaga”. En los inviernos se producían deserciones en la matrícula por la falta de conexión de gas. “Comprobamos que los caños pasaban por la puerta y nos pusimos a trabajar. La comunidad del Jardín sintió que era posible, como pasa en un equipo de fútbol”, añadió el hincha albirrojo.

Al mismo establecimiento lo terminaron de pintar, y uno de los que agarró la brocha fue un vecino ilustre, el ranchero José Luis “Tata” Brown. “Sufrí de chico hasta cuando iba a ver al equipo del Gordo Garisto en mis primeros partidos en la vieja cancha”, evoca el muchacho a los cuatro años, revoleando una banderita, enfadó a un señor de la popular. La misma popular que vivó ayer y hoy a los Verón. Y en los pagos turísticos de la laguna hay un mural fenomenal, que no molesta a nadie, al contrario, es un mensaje para cualquier chascomunero que va a laburar y en el camino lee que “Mística es no claudicar”, escrita por los del Colectivo Cultural Alejandro Sabella. La peluquería “Idolos” tuvo que frenar por la misteriosa pandemia, y mientras espera reabrir sus puertas, uno piensa si este fenómeno del hincha y socio Oscar Gimenez se habrá dado cuenta que ídolos como él quedan realmente pocos.